El periódico regional Semanario Actualidad publicó el 18 de Abril esta nota describiendo la situación de Merlo tras el tornado sufrido en Semana Santa.
Un tornado arrasó a la ciudad de Merlo y no a su Estado represivo
Sociedad 18-04-2012
Pasada más de una semana desde que el temporal golpeara fuerte por estas zonas, las secuelas del mismo siguen en pie, tras la falta de respuesta por parte de un Estado Municipal que parece estar ausente a la hora de ponerse a trabajar al servicio de los vecinos.
Los barrios más perjudicados por el fenómeno climático en la ciudad de Merlo son: Pompeya (barrio vecino a la localidad de Moreno, divididos por el río reconquista) y Lago del Bosque (ubicado en Merlo norte, delimitado por las vías del ferrocarril Sarmiento, a la altura de la conocida empresa Massalin Particulares, más conocida como Marlboro).
Como en casi todas las localidades afectadas, el temporal hizo sentir sus efectos más fuertes en diferentes puntos del distrito, salteando lugares donde no se sufrió la ausencia de los servicios públicos.
A la falta de reacción de los responsables políticos locales, se sumo la represión ordenada por ellos mismos. El viernes 6 de abril en horas de la tarde – noche, los vecinos del barrio Pompeya decidieron cortar la ruta N° 5 (ex ruta 7) y las vías del tren Sarmiento a la altura de la barrera “Los Patitos”, para reclamar por una pronta ayuda a su situación crítica (Perdida total de sus hogares, voladura de techos, falta de luz y agua).
Más de 200 eran los habitantes de la localidad vecina a Moreno que fueron reprimidos por la Infantería de la Policía Bonaerense con balas de goma y gases lacrimógenos.
Horas más tarde al no encontrar otra respuesta más que la violencia, un grupo de vecinos autoconvocados por la necesidad de un recurso vital como lo es el agua, decidieron dirigirse a la municipalidad para exigir que se declarara el estado de emergencia, pero está vez fueron interceptados y nuevamente reprimidos por la Gendarmería.
¿Aquí también la Nación Crece?
Esta práctica de agresión -casi naturalizada (tristemente) por los vecinos de Merlo- por parte del intendente Raúl Othacehé y que sufre quién intente actuar o manifestarse de una manera diferente a como lo plantea el oficialismo, ya no es propia de una época en donde la democracia intenta cada día aflorar con más y más fuerza.
Es sabido que el temporal acontecido el pasado miércoles 4 de abril no es culpa de los políticos ni mucho menos, cuestión que les da la posibilidad de poner en práctica sus cualidades como dirigentes sociales.
Casi todos los intendentes afectados salieron a dar declaraciones a los medios de comunicación, estas podrán ser aceptadas o no por los ciudadanos, pero pusieron la voz como responsables de los Estados distritales a los que pertenecen, cuestión que Raúl Othacehé no hizo, en ninguno de los grandes medios. Los programas de radio no tardaron en informar su queja, todos los municipios atendieron sus llamados, menos el de Merlo. Los canales televisivos, no pudieron o no quisieron entrar en el distrito, solo algunos lo hicieron, obviando en su mayoría lo importante de la represión. Las cámaras de CQC (Caiga Quién Caiga) buscaron una explicación a la no aparición pública del gobernante, mostrando un edificio municipal en donde sus trabajadores se ocultaban, un camarógrafo que los filmaba y que no respondía a la pregunta ¿Para qué medio trabajas?, personajes extraños custodiando las inmediaciones de la municipalidad que no daban su nombre ni su cargo, todas acciones normales en este lugar, pero que pueden parecer muy extrañas para quién no viva o no conozca la situación que se vive por esos pagos.
En momentos donde la gestión nacional levanta la bandera de los derechos humanos, uno de sus representantes a nivel municipal, se olvida de dicha política estatal, y remueve en lo más hondo de los años tristes de esta Nación, junto a un cúmulo de laderos que acompañan lo que parece una estrategia de perpetuación en el poder por medio de la política del miedo.
Cabe destacar que Othacehé es intendente de Merlo desde hace más de dos décadas, siempre fue adepto al duhaldismo, hasta que en las elecciones de 2003 desobedeció a su referente al no apoyar a Néstor Carlos Kirchner en la primera vuelta (lo apoyaría en el ballotage contra Menem), donde optó por estar en las filas de Adolfo Rodríguez Saá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario