Recientemente Perfil publicó en su edición impresa una extensa nota describiendo algunas de las tantas persecuciones políticas que sufrimos los merlenses. Es interesante además porque los periodistas afirman haber intentado comunicarse con Othacehé y sus funcionarios, para tener las dos caras de la situación, pero no obtuvieron respuesta. De este modo los entrevistados han sido Adolfo Pérez Esquivel, la Diputada Victoria Donda, nuestros Concejales Cepeda y Alvez, la abogada Rosana Mattarollo, nuestro compañero Sergio Vásquez y otros vecinos de Merlo. Recomendamos su lectura completa y su difusión!
Enlace: http://www.perfil.com/ediciones/2012/4/edicion_672/contenidos/noticia_0056.html
PODER TERRITORIAL EN EL GBA
El Merlo de Raúl Othacehé, la cara más áspera del kirchnerismo
A 34 kilómetros de la Capital, Merlo es un feudo político de Raúl “el Vasco” Othacehé, que gobierna el municipio con mano de hierro desde 1991. Días atrás, ordenó reprimir a los vecinos que pedían ayuda por el temporal y mandó derrumbar una comisaría que habría sido un centro clandestino de detención durante la dictadura. Desde hace años persigue sin cuartel a los opositores, a quienes se les “arman” causas en la Justicia. Un referente del peronismo histórico que saca a la luz las contradicciones del kirchnerismo. Un hombre a quien Cristina Kirchner llama “querido Vasco”.
Por Agustina Cavalieri / Melisa Altamirano
29/04/12 - 06:28
Postales. Cristina y su visita del miércoles a Merlo. Las terribles consecuencias del paso del tornado del 4 de abril: los vecinos protestaron por la demora en la ayuda y fueron reprimidos.
El 6 de abril, vecinos desesperados de Merlo, a 34 kilómetros de Capital, que protestaban por la demora del municipio en asistirlos tras el feroz tornado que dos días antes había destruido sus viviendas, fueron reprimidos violentamente por la policía: balas de goma y, en algunos casos, armas de fuego impidieron los cortes. Días después, una grúa municipal semidestruyó una comisaría en la que se cree que durante la dictadura funcionó un centro clandestino de detención. Ambos episodios reflejan el poder de Raúl “el Vasco” Othacehé, el hombre que representa como pocos el “lado oscuro” del kirchnerismo, una fuerza política que se ufana de no haber reprimido nunca la protesta social y que ha hecho de los derechos humanos una de sus principales banderas, pero que debe gran parte de su fortaleza electoral a caudillos como el Vasco: en su feudo, Cristina obtuvo nada menos que el 67,2 por ciento en las últimas elecciones.
PERFIL recorrió el partido que Othacehé comanda desde 1991. Allí, las secuelas del impetuoso temporal siguen presentes. Y el miedo, también. “Cortamos la ruta 200 el viernes después del temporal porque, hasta ese momento, no había aparecido nadie a ayudarnos y necesitábamos agua. Estuvimos desde las dos de la tarde hasta las doce de la noche, cuando empezaron a reprimir”, dice Carlos, vecino del barrio Ferrari que recibió cuatro impactos de bala de goma en la espalda cuando se acercó a un efectivo para acordar el desalojo de la protesta. Su hijo de 14 años también salió herido. A partir de ese día, asegura, hay gente desconocida que se acerca a su barrio para averiguar de qué trabaja, cómo se compone su familia, qué hace de su vida. “Ayer fui al centro de Merlo a pagar unas cuentas y me siguieron tres tipos todo el tiempo. Ahora, sé que pueden meterme una causa, como le hicieron a un vecino durante estos días, al que le plantaron una escopeta y ahora está en la cárcel. ¿Me van a meter preso por reclamar agua?”, se preguntó este padre de seis hijos, cuyo nombre real fue preservado por expreso pedido suyo. La historia de Carlos es sólo una más. En Merlo se repiten los relatos de persecución política, hostigamiento, armado de causas y difamación pública contra quienes no concuerdan con las políticas oficiales.
Ataques e impunidad. El caso más reciente de la forma en que Othahecé maneja su feudo fue el del concejal por Libres del Sur, Horacio “Lula” Cepeda, a quien se le abrieron varias causas y fue destituido, acusado de “ñoqui”, a pesar de que las pruebas presentadas ante la Justicia demostraban la falsedad de las acusaciones. “A Horacio lo quisieron coimear para que votara proyectos con los que no estábamos de acuerdo. Como no respondió, se le inventó una causa. Fuimos a la Justicia bonaerense y le devolvieron la banca. Por eso, yo creo que Othacehé es un mafioso y tengo una opinión bajísima de él como político”, dice a PERFIL la diputada nacional por el Frente Amplio Progresista, Victoria Donda. Cepeda regresó al HCD. El año pasado lo acusaron de pedir dinero para incluir beneficiarios en los planes sociales. La causa se armó exclusivamente con testimonios de empleados municipales. Terminó encarcelado durante cuatro meses y fue liberado el 13 de octubre de 2011. Ambas investigaciones siguen abiertas y aún no fue absuelto. Muchos apuntan a la complicidad de un sector del Poder Judicial de Morón, con jurisdicción sobre el partido de Merlo, con el oficialismo local.
Rosana Mattarollo es abogada y conoce esas internas desde adentro. Ella misma ha sido blanco de ataques luego de que, a partir de 2004, decidiera denunciar “la mafia” de los remises “truchos” a nivel local. “Todos los remises funcionaban a través de coimas. Al que no pagaba, se le secuestraba el auto”, recuerda. Pero su intervención no fue gratuita y recibió amenazas telefónicas, además de la persecución a sus cuatro hijos. “A fines de ese año me armaron una causa junto a mi marido, Alberto, y nos acusaron de haber amenazado con un arma a un puntero de Othacehé en mi estudio. Pero yo estaba en coma en ese momento, porque el día anterior a la supuesta amenaza había sido operada por una histerectomía.
Nunca pasó nada con la causa, pero sigue abierta por si la necesitan en algún momento”. A pesar de que la investigación prescribió, en la fiscalía Nº 6, a cargo del ahora cuestionado fiscal por la investigación del asesinato de la menor Candela Rodríguez, Marcelo Tavolaro, le dicen que el expediente “se perdió”. “Las causas que ellos inician siempre caen en las fiscalías 5 (dirigida por Miguel Ternosky) y 6. Cuando nosotros denunciamos, nunca hay delito, pero cuando son ellos los que presentan causas, parecemos el “Gordo” Valor. Hay cosas que no podrían pasar si no hubiese complicidades”, reprocha. Cepeda también tiene quejas de las fiscalías: “Hemos llevado denuncias de que nos pinchan el teléfono y han llegado a decirme que eso no es un delito”.
Modus operandi. Sergio Vázquez pertenece al Espacio por la Democracia en Merlo, que incluye a varias agrupaciones opositoras. Relata otro de los métodos de hostigamiento que enfrentan: las campañas de difamación a través de panfletos en los que se acusa a los opositores de distintos delitos y en los que, incluso, se difunden datos personales, como teléfonos y direcciones de sus casas, o se hacen públicas cuestiones privadas, como supuestas infidelidades. Lo curioso es que, siempre, esos volantes se imprimen en doble faz. “Como es muy raro ver ese tipo de impresiones, cuando aparecen, ya sabemos de dónde vienen”, explica Vázquez. Pero también hay violencia explícita: dos jóvenes del espacio sabbatellista Nuevo Encuentro terminaron con heridas en la cabeza en marzo del año pasado, golpeados mientras repartían folletos. Militantes de Grande Merlo, liderado por Gustavo Menéndez, un ex “ahijado político” de Othacehé, también fueron ferozmente agredidos durante la campaña del año pasado. Uno de ellos, Hugo Rodríguez, quedó hospitalizado, y aún sufre las secuelas de esa golpiza y no pudo recuperar su motricidad.
Los opositores denuncian que las “fuerzas de choque” del intendente estarían formadas por barras bravas de los tres clubes de fútbol del distrito, Argentino de Merlo, Deportivo Merlo y Midland. César, vecino del barrio Lago del Bosque, fue parte de la barra de un club local y conoce cómo se manejan: “Othacehé empezó a usar patotas de barras. Son personas con largos prontuarios que andan sueltas por la calle y que son contactadas por los mismos políticos de Merlo, que van a buscarlos con la promesa de un plan o de un puesto en el Municipio”, relató a PERFIL. Algunas de esas “patotas” serían lideradas por Carlos “Turco” Siede, antiguo capo de la barra de Argentino, facción que también integraría Vicente Manuel Díaz. “Caio” Salazar es el mandamás de la hinchada de Deportivo Merlo y “uno de los matones de la tropa del intendente más reconocidos”, le contó a este medio otro “arrepentido”, que pidió mantener su identidad en secreto. Esas mismas “fuerzas de choque” serían empleadas en sesiones del Concejo Deliberante local, donde el oficialismo se aseguró la mayoría automática en octubre de 2011. “Son unas 30 personas que cuando hablamos nosotros, empiezan a gritar, silbar y no te escuchan. Cada vez que queremos que entren compañeros nuestros, nos dicen que no hay lugar”, grafica Patricia Alvez, concejal por Nuevo Encuentro. De hecho, durante la última sesión del HCD, esa fuerza fue blanco de agresiones y debió abandonar el recinto cuando el oficialismo le prohibió a un asesor de la funcionaria que filmara el encuentro. “Esta gente rodeó a nuestro compañero y empezaron los gritos y empujones porque le querían sacar la cámara.
Muchos se identificaron como empleados municipales”, explicó Alvez. Un rato antes, el edil oficialista Esteban Díaz los había acusado a ella y a Cepeda de haber organizado las manifestaciones tras el temporal con el fin de obstruir la ayuda municipal.
Audiencia pública. El 22 de abril de 2011, Victoria Donda convocó a una audiencia pública en la sede de Cáritas de Merlo, donde se tomaron varias denuncias de hechos violentos a quienes se animaran a hablar. Debido al gran número de testimonios recibidos, el 13 de septiembre, se realizó una sesión especial en el marco de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados nacional en la que participaron varios de los afectados. PERFIL accedió a la versión taquigráfica de esa sesión, que consta de casi cincuenta hojas en las que se relatan más de veinte casos que dan cuenta de la violencia política en Merlo. Uno es el de Carmen Villafañe, una militante social de Pontevedra que, el 10 agosto de 2007, el día de su cumpleaños, sufrió el secuestro de sus hijas, de 12 y 16 años. Las menores aparecieron al mediodía siguiente. “La más grande tenía cortado el cuello y estaba quemada con encendedores en las manos, en el cuello y la cara. La otra nena solamente estaba atada y lastimada en la boquita”, relató. Antes de dejarlas ir, les advirtieron: “Nos pagaron para hacerle pasar un susto a tu mamá, decile que deje de hacer ese trabajo social porque su familia corre peligro”.
Otra figura reconocida en el ámbito de los derechos humanos que visitó Merlo en octubre del año pasado para reclamar justicia por los hechos de violencia fue Adolfo Pérez Esquivel. “Se sabe que el intendente es una persona que se maneja más con patotas que con funciones con las que se debe manejar un intendente. Hubo muchas quejas de los vecinos por la presión por parte de Othacehé, una persona que maneja el Municipio como un feudo”, detalló a PERFIL el presidente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), uno de los organismos que se encuentra investigando los hechos cometidos en Merlo, junto a la Cámara de Diputados de la Nación.
Todas estas denuncias también fueron presentadas en el Ministerio de Justicia y Seguridad, dentro del Programa Nacional Anti-impunidad, pero los documentos no le fueron facilitados a este medio a pesar de los reiterados pedidos. Poder Ciudadano también tomó cartas en el asunto y le envió una carta al intendente en octubre de 2011, pero la única respuesta que se obtuvo fue la del gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien se comprometió a indagar en el caso, aunque los resultados de esas investigaciones todavía no se conocieron.
PERFIL quiso acceder al intendente Othacehé o incluso a algún funcionario de segunda línea para conocer su opinión sobre todas estas denuncias y por eso se comunicó insistentemente con el subsecretario de Prensa local, Ariel Correia, quien se comprometió a gestionar una entrevista, pero sin resultados.
Justicia y memoria. La semana pasada, el municipio demolió la ex Comisaría 2ª de Libertad, que estaba siendo investigada por el juez Eduardo Rafecas como posible centro clandestino de detención durante la última dictadura. A pesar de que una medida judicial prohibía la intervención sobre el edificio, el municipio derrumbó dos tercios de la construcción alegando que “desconocía la orden judicial”. Nuevo Encuentro logró comunicarse con Rafecas, quien ordenó la intervención de la Policía Federal para resguardar ese espacio.
Cepeda, que denuncia también que hay “equipos de filmación que aparecen en cualquier manifestación política y social”, cree que “no es casualidad que tipos vinculados con los grupos de tareas de la última dictadura hayan tomado funciones de seguridad acá”. Una de esas figuras fue Osvaldo Seisdedos, un ex policía conocido como “el Desnucador” que, en agosto de 2008, fue designado secretario de Seguridad comunal tras haber sido exonerado de la fuerza en 2006. Luego de que su designación se hiciera pública, fue relevado de su cargo. Pero muchos apuntan que seguiría asesorando a las fuerzas de seguridad de Merlo desde las sombras.
Othacehé pareciera contar con una fuerte protección política que lo blinda ante todas las denuncias. “Nosotros lo hemos investigado, pero aquí hay un problema que es el de la Provincia: son aliados políticos y eso lo protege”, considera Pérez Esquivel, quien coincide con Donda en que la única instancia que queda para pedir justicia frente a esta realidad es acudir con un recurso de amparo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Mientras tanto, otros seguirán en la trinchera, concientes de los riesgos que corren. “En Merlo, podés ser muy feliz, pero no se te ocurra criticar al poder”, sintetiza Horacio Cepeda, y sabe de lo que habla.
Cristina y su “querido Vasco”. Desde que asumió, en noviembre de 2007, Cristina Fernández visitó ya seis veces Merlo. La última, el miércoles pasado, para la inauguración de una ampliación de la fábrica de neumáticos Pirelli. Estuvo acompañada, como siempre, por Othacehé. También Daniel Scioli, Juan Manuel Abal Medina o Gabriel Mariotto suelen visitar el feudo del oeste. Durante una de sus visitas, en mayo de 2009, para poner en marcha el programa Empleo con Inclusión Social, Cristina destacó el apoyo de la Nación a Merlo y a su intendente, el “querido Vasco”. En febrero de 2010 Merlo tuvo otra visita presidencial. Fue para la firma de la adjudicación de cuatro tramos para la construcción de la Autopista de Circunvalación Parque Presidente Perón, una inversión nacional de 1.800 millones de pesos. Cuatro meses después, Cristina, Othacehé y su mujer, Mónica, inauguraron un Centro de Documentación Rápida. En septiembre de 2011, la Presidenta inauguró la Universidad Nacional del Oeste (UNO). En aquella oportunidad, su discurso se enfocó más en los beneficios de la educación pública, que en la obra de Othacehé, a quien hizo referencia como “señor intendente de Merlo”. A principios de este año, una teleconferencia también los unió cuando Cristina inauguró, a la distancia, la obra de saneamiento del arroyo Saladero Chico. Era el cumpleaños del Vasco. “Aprovecho para saludar afectuosamente al intendente Othacehé en el día de su cumpleaños”, le dijo la Presidenta, varios de cuyos funcionarios suelen visitar Merlo con frecuencia.
También Néstor Kirchner solía prodigar mucha atención a Othacehé durante su presidencia. En septiembre de 2007, por ejemplo, se llevó consigo a su colega ecuatoriano, Rafael Correa, que estaba de visita oficial en el país, para la inauguración de una planta de tratamiento de efluentes cloacales. Allí los esperaba Cristina, entonces candidata, que durante la ceremonia destacó a las “chicas” presentes la “pinta” de Correa.
Muy buena nota!! Qué bueno que se investiguen estos temas. Yo soy de Merlo y estoy cansada de que nadie haga nada. Cómo se puede vivir con tanta impunidad!!????
ResponderEliminarSaludos,
Norma