sábado, 25 de febrero de 2012

Repudio a las declaraciones de Othacehé sobre tragedia en Once

Compartimos las palabras de nuestros compañeros y compañeras del Frente Popular Darío Santillán en repudio a las recientes declaraciones de nuestro intendente en MerloGBA. Hoy nos reunimos en Padua a las 20hs para acompañar a las víctimas de la tragedia de Once y sus familiares.


Enlace a la nota original: http://fpdsmerlo.blogspot.com/2012/02/repudio-las-declaraciones-del.html


Repudio a las declaraciones del Intendente Raul Othacehe sobre la tragedia de Once



Otra función de cine de terror

"Nunca ví en toda mi vida que un tren eléctrico de orígen japonés no frenara, frenaron siempre, en todas las estaciones, miles de veces, por eso me asombra que esto haya ocurrido". El líder político, sin eufemismos, dijo: "Yo, Raúl Othacehé, intendente de Merlo, no puedo dejar de pensar que hay que investigar a aquellos que alguna vez quemaron trenes, que hicieron descarrilar trenes, que hicieron sabotaje", aludiendo a "esos grupos de izquierda, grupos troskistas que no tienen límite ante la violencia, y que son capaces de cualquier cosa para obtener sus objetivos políticos". El "Vasco" Othacehé manifestó que "no puede descartarse una posibilidad de sabotaje", sentenció.

Raul Othacehe     Merlo GBA 24/02/2012


Frente a las declaraciones  del Intendente de Merlo, Raul Othacehe quien afirmo en el Medio local Merlo GBA, lo antes citado, es que no podemos dejar de mostrar nuestro más  enérgico repudio. No nos sorprende escuchar estas palabras nefastas, es más creemos que es de las más viles expresiones de lo que creemos superado en la Argentina, un lenguaje anacrónico que recuerda a  las épocas más oscuras del terrorismo de Estado.  
La tragedia (anunciada), ha demostrado una vez más que la elección por los negocios privados entre los funcionarios estatales, la burocracia sindical( la misma que cometió el asesinato de Mariano Ferreyra y fue cómplice de las privatizaciones) y  empresarios mafiosos atenta contra la vida de quienes hacen que este país funcione día a día.
 Como organización política hemos acompañado históricamente los reclamos presentados por los usuarios y las campañas nacionales para nacionalizar los ferrocarriles, terminar con las concesiones prebendarías a empresarios inescrupulosos y permitir una mejor accesibilidad de nuestros vecinos, en su mayoría trabajadores y estudiantes, a  la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que los servicios públicos (entre ellos el transporte) son un bien social y que deben estar orientados a satisfacer las necesidades cotidianas de los millones de argentinas y argentinos. Por eso la disputa es política y se expresa en cómo entendemos  la realidad(con sus problemas y vacios) y que proyectos de país existen para modificarla o agudizarla.
Somos parte de una generación que se forjó políticamente al calor de las rebeliones populares del 2001, que se alimentó de las enseñanzas  y valores que nos dejara Darío Santillan cuando frente a situaciones extremas, nos indico que nosotros somos con otros. El sueño de construir una nueva Argentina sobre esas premisas nos lleva hoy a pertenecer a un colectivo democratizador en el Partido de Merlo, el Espacio por la Democracia. Una palabra que Merlo aparece vaciada permanentemente por el autoritarismo y la impunidad con las que el partido político gobernante se expresa cotidianamente. Es en ese contexto que entendemos estas declaraciones, que manifiestan a las claras porque necesitamos reclamar por la democratización de nuestro Municipio y  que tiene un similar correlato con algunos hechos anteriores.
El 6 de septiembre de 2008 como relató en su momento Pagina 12, el Gobierno Nacional acuso a José María Escobar, militante del Partido Obrero como jefe de una asociación ilicitica dedicada a sabotear y quemar formaciones en Merlo y Castelar. La información como reconoció el ministro Randazzo fue suministrada por Raúl Othacehe. En ese momento los medios hegemónicos encabezaron una campaña para desprestigiar a José María Escobar y sus compañeros, un modus operandi que en el distrito es característico. Posteriormente el Ejecutivo Local apoyó la detención ilegitima de Rubén Sobrero y lo acusó de ser uno de los responsables de la quema de trenes durante el 2009. Estas acusaciones no han sido ratificadas por la justicia porque ni siquiera existen pruebas fehacientes que las avalen. Sin dudas el entramado de la impunidad se construye cuando existe una asociación de intereses entre estructuras mafiocráticas.
Nos preocupa mucho que la falsedad de los que efectivamente utilizan métodos coercitivos y violentos para ejercer el control, continúe impune.
La solidaridad con las víctimas, la necesidad de terminar con el Estado Neoliberal en la Argentina y la construcción de un proyecto de país para todos y todas es un compromiso que tenemos como herederos de esas revueltas populares. No permitamos que nos roben definitivamente la alegría, está en nuestras manos el futuro de la Patria.

Archivo Pagina 12, Sábado 6 de septiembre de 2008  http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-111097-2008-09-06.html

jueves, 16 de febrero de 2012

Identidad

Nos llega esta colaboración de un compañero, donde reflexiona sobre nuestra identidad como merlenses. Recomendamos la lectura de la nota y sobre todo recomendamos dejar algún comentario... ¿cuál es la identidad de los merlenses, para ustedes? ¿qué nos distingue y qué nos asemeja a otras localidades? ¿qué nos falta hacer para proteger lo nuestro, para crecer como comunidad? Les dejamos las palabras del "Polaco" de inspiración. Por supuesto, usamos el pseudónimo por motivos de seguridad; aclaramos que conocemos personalmente al compañero que nos envía la nota. ¡A leer!



IDENTIDAD


Una ciudad en la que una buena parte de sus habitantes no “habitan” realmente sino que sólo duermen y, en el mejor de los casos cenan durante la mayor parte de los días de la semana, una ciudad “dormitorio” como se las suele llamar, raras veces tiene la oportunidad de constituir una identidad propia. Sobre todo si esa ciudad se encuentra tan cerca de una gigantesca urbe que  hasta la contiene como parte de su periferia negándole así la posibilidad misma de “ser”. En Merlo se es parte del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) para muchas de las consideraciones económicas, sociales y políticas. Es más, para muchos sectores de la pequeña burguesía que puebla los centros urbanos del distrito, casi no existe otra cosa que esa situación, quedando el resto, precisamente aquello que podría eventualmente constituir el “color local”, parcialmente enterrado entre lo que no se quiere reconocer como propio, por considerarlo una rémora, un demérito que debe ser ocultado de la mirada ajena. De esta manera se construye una micro-cultura urbana un poco impostada, que imita gustos y consumos, modos de hablar e indumentaria del gran centro urbano, pero que se diluye en la mayoría de los casos al indagar un poco más profundo o con sólo transitar veinte cuadras hasta la primera calle de tierra.

Si hay algún lugar en el distrito en que esto resulta más evidente, es aquél constituido por las pocas cuadras que forman el centro de San Antonio de Padua. Jóvenes hijos de trabajadores acomodados o de pequeños empresarios de clase media, salen por los atardeceres de los viernes y lo sábados a mostrar su estatus social, convirtiendo a las calles principales (en realidad, unas escasas dos cuadras de ellas, cercanas a la estación del ferrocarril) en pequeñas versiones apenas degradadas de sus homólogas en Palermo o Barrio Norte. No realizan ninguna actividad en particular, sólo están. Observan y son observados en la ratificación de su propia condición social. También, pero tal vez un poco más temprano y, sobre todo, en las mañanas, es notoria la cadencia acompasada de las mujeres de mediana edad, buscando reflejar con sus consumos aquellos de sus gemelas mejor afortunadas de Buenos Aires. Todo, en última instancia parece un como si, sin embargo funciona como regla de distinción entre aquellos que se sienten parte de la gran megalópolis y aquellos que simplemente constituyen la esencia del conurbano bonaerense.

La misma idea de indiferenciación fluye entre quienes combaten, desde el terreno de las ideas y con justicia, la lógica vecinalista cercana a las derechas, que supone que los problemas que afectan a la comunidad pueden ser resueltos sin más, con una buena gestión administrativa, en el supuesto de que son problemas locales, y por lo tanto, localmente resolubles. Desde allí, se destaca el localismo más acendrado. Un localismo que, aún pretendidamente político, despolitiza los conflictos, que los vacía de contenido y que termina resultando funcional a quienes, conservadores al fin, no quieren cambiar nada de nada. El combate aparece así, justificado, y nunca será suficiente el esfuerzo por demostrar que los graves problemas que asolan lugares como éste (desocupación, hacinamiento, marginalidad) forman parte del conflicto inveterado entre capital y trabajo y su resolución depende, a fin de cuentas, del indeterminado ritmo de la lucha de clases.

También es justo reconocer que las imágenes de los espacios más o menos obreros, más o menos marginales, se reproducen con matices en la mayoría de los distritos que constituyen el conurbano. Dosis más o menos parecidas de contingentes migratorios internos y exteriores conviven con población más antiguamente instalada. Culturas de países limítrofes en mezcla sincrética con lógicas propias de periferia urbana, religiones alternativas en ventajosa disputa con la  iglesia católica llenan los mismos salones a veces improvisados, a veces sólidamente instalados. Por otra parte y como el marco económico-social de todo el territorio, como impronta que identifica que uno está caminando por el conurbano, problemas de servicios públicos insuficientemente provistos por el estado o las empresas responsables son la rúbrica común de una región poblada por 12 millones de personas.


Si se analiza la estructura política, se replica en el distrito la dominación a nivel municipal de burócratas consuetudinarios de larga permanencia en el poder. Tal vez el grado, la exageración, la eficacia en la gestión del patoterismo sean capaces de mostrar un perfil diferenciado en este lugar más castigado que otros por el aparato del Partido Justicialista; sin embargo, convengamos que sería muy triste el definir una identidad social tan sólo por esta desgracia (tal vez, desgracia y su connotación aleatoria no sea la mejor manera de definir la situación; ésta en verdad, ha sido construida intencional y meticulosamente). De todos modos, si hurgamos un poco en la historia reciente, con seguridad podríamos encontrar algún ejemplo más o menos parecido en algún otro lugar del conurbano.

Sin embargo y a pesar de todo, hay algo en nuestras convicciones que nos obliga a buscar algún rasgo identitario diferencial entre todas estas homogeneidades. Aquellos que pensamos imposible la construcción política sin tener en cuenta la materialidad social sobre la que esta se edifica, y que entendemos que debe de haber algún rasgo que nos convoque desde el mismo piso que transitamos, no podemos no dejar de buscar esa marca que nos convoque a sumar desde las preocupaciones más inmediatas de la gente, que no hablan del imperialismo ni del combate (imprescindible, necesario) contra el capital, sino de cosas más pequeñas; de la canilla que falta, de la luz que no ilumina, del puntero que la arrastra a una marcha, del miedo a la patota.

Tal vez en Merlo, ese rasgo identitario lo constituya la originalidad de la respuesta a esa situación de indefensión ante el poder de turno. Tal vez, debamos pensar en la necesidad de construcción de una identidad, local, propia pero que busca contagiar, que surja de esa otrora impensada multiplicidad del oponerse al arbitrio desmesurado y bárbaro que, alimentado desde las más altas esferas del poder, pretende erigirse en el zar de los destinos de todos los habitantes del municipio. Si podemos convenir en el hecho de que a este pequeño territorio le caben las generales de la ley, también podemos pensar que la forma de articulación de esas generalidades ha resultado (felizmente) en una particularidad que lo distingue (ojalá que sólo por ahora) entre otros. Merlo bien puede resultar el lugar en el que el acuerdo en la diferencia permite construir Política en aras de la democratización de todas las instancias de la vida cotidiana, hecho sin dudas inédito, al menos en los últimos tiempos de fragmentación de las luchas populares. La tarea resulta ardua y lenta, no sin traspiés, avances y retrocesos. Lo cierto es que hoy se cuenta en el territorio con una instancia de discusión y acción colectiva, todavía incipiente pero que ya ha comenzado a dar muestras de su eficacia y que ha dado en llamarse Espacio por la Democracia en Merlo. Con seguridad, todavía no están allí todos los que debieran estar, es seguro que algunos de los que están todavía dudan, desconfiados, de la buena fe de la propuesta. No importa, la realidad es la madre de todas las certezas, el futuro decidirá sobre la legitimidad de la construcción…

En uno de esos encuentros multisectoriales que se vienen sucediendo por estos lados de un tiempo a esta parte, se oía la necesidad de convertir a la democracia en un problema para el poder (y en este caso era el poder local, pero lo dicho vale como pretensión universal), y, en realidad, cuando la democracia deja de ser esa instancia formal y delegativa, vacía de todo contenido y abstracta en sus resultados, siempre es un problema para el poder instituido. Tal vez, para algunos resulte una pretensión demasiado módica, demasiado despojada de la épica de las tareas a las que convocan los discursos de barricada. Lo que no logran entender es que el discurso de la democratización, cuando es real, cuando no claudica ante las formalidades (formalidades que incluyen, por qué no, a la ley) ni ante los miedos, no tiene límites, no tiene punto de llegada. Encuentra sólo el freno que le impone el poder cada tanto, cada vez más y más costosamente, en un escenario en el que la participación colectiva y, por fortuna, cada vez mejor articulada, es la cifra que ilumina las idas y vueltas de la lucha de clases.

El Polaco.

viernes, 10 de febrero de 2012

Monopolizar la alegría

El 08 de febrero nos llega esta nota del Concejal Horacio "Lula" Cepeda donde reflexiona sobre la lamentable censura que ha recaído sobre varias murgas de Merlo en los últimos días. Esperamos que, si estas noticias llegan al oído de todos y todas, de ahora en más ya no se pueda censurar la alegría con esta impunidad. 



MONOPOLIZAR LA ALEGRÍA, O
EL ÚNICO QUE ORGANIZA CORSOS SOY YO, O
COMPETENCIA DESLEAL, O..., O..., O...

Los hechos: La municipalidad prohibió cinco corsos barriales en Pompeya, Cervantes, La Estrella, Loma Grande y Río Alegre; todos ellos organizados por la murga del barrio, vecinas y vecinos. A algunas previamente y a otros durante la jornada. Inspectores municipales y policías se encargaron de la tarea, asistidos en algún caso por alcahuetes u obsecuentes.

Entre estos, es de destacar a la inspectora Claudia del Valle, que cito a la directora de una escuela el viernes pasado, a las 20.30 hs, para evitar que se hiciera el corso de Loma Grande (la murga que participaba de ese corso funciona en el proyecto Patios Abiertos en esa escuela), a pesar de que no se iban a utilizar las instalaciones de la escuela y el corso era a 4 cuadras de la misma. Olvidó que trabaja para la Dirección General de Escuelas y no para la municipalidad.

En algunos casos le labraron contravenciones (por ejemplo por no cuidar la higiene del lugar); también han hecho denuncia penal por robo de luz (engancharse para iluminar la zona del evento). En algunos casos, aun habiendo presentado proyectos o presentado notas notificando del evento.

Mientras tanto, el domingo en la plaza de 25 de mayo se producían disturbios en el espacio organizado por la municipalidad (que lo único que organizó fue la venta de espuma, mientras cientos de jóvenes caminaban por la plaza sin nada que hacer).

En la mayoría de los casos, ante la responsabilidad de garantizar la seguridad de los niños y jóvenes que integran las murgas, los vecinos y vecinas han optado por suspenderlas y presentarse a la municipalidad para obtener autorización. Ya se han reunido con funcionarios y están esperando una respuesta.
Cabe preguntarse, ya que estas murgas hace años que se organizan y funcionan sin financiamiento más que el que ellos mismos fueron encontrando, ¿por qué el Estado nunca se acercó para interesarse por ellos?

Con voluntad y esfuerzo se han ido comprando sus instrumentos, confeccionado sus ropas, y con muchas horas de dedicación y ensayo cada una fue construyendo su identidad. Ni hablar de haber encarnado una propuesta para que los pibes y jóvenes del barrio tengan un proyecto al que aferrarse, un espacio para expresarse y mostrar su cultura que para algunos pareciera no valer nada.

Intentar dejarlos sin la alegría del carnaval desnuda el carácter de un poder intolerante.

Bueno es saber que estas murgas que surgieron de distinta manera, con distintos trabajos y experiencias, se han juntado esta semana para discutir una salida colectiva y seguramente se van a fortalecer.
Cuenten con la solidaridad del ESPACIO POR LA DEMOCRACIA EN MERLO.
Un fuerte abrazo.

Horacio Lula Cepeda
Concejal de Merlo
Libres del Sur - FAP

jueves, 9 de febrero de 2012

El amor y el espanto

Los compañeros y compañeras de la organización PUMA nos mandan esta nota para compartirnos sus reflexiones sobre el Espacio por la Democracia en Merlo. Aquí la publicamos para nuestros lectores.


ESPACIO POR LA DEMOCRACIA EN MERLO
EL AMOR Y EL ESPANTO


Desde ya hace más de un año, nos hemos abocado a la tarea de construcción de un ámbito de acción y discusión local que hoy se conoce como Espacio por la Democracia en Merlo. Al principio, surgió como una iniciativa más bien tímida, que buscaba garantizar la posibilidad de contribuir a la creación de procesos de democratización real en el contexto hostil de nuestro distrito, conducido por quien, sin dudas, es uno de los más antidemocráticos de los Barones del Conurbano bonaerense.

Por supuesto que la decisión de participar en un espacio de estas características supuso un proceso de discusión interno sobre cuál debía ser el rol de una institución de esa naturaleza, los límites de su propia capacidad de intervención en tanto espacio de carácter multisectorial amplio, que necesariamente implicaría convivir y actuar en coordinación con un conjunto de organizaciones, instituciones y ciudadanía en general, de las que eventualmente nos separarían lecturas diferentes sobre el proceso que vive nuestro país y hasta abismos ideológicos a superar como consecuencia de la particular (y conflictiva) situación distrital. La idea de que lo que nos uniría en ese ámbito era más bien un borgeano espanto antes de que el amor, parecía cubrir las expectativas iniciales.

La dinámica propia de lo que en definitiva se constituyó, permite hoy abrigar nuevas esperanzas. Los temores iniciales a una eventual pérdida de identidad como organización en el contexto polifónico del conjunto se fueron diluyendo en la medida que logramos darle impulso a estrategias que, lejos de conformarse a partir de conceptualizaciones abstractas sobre la democracia y los DDHH, coadyuvaron a ampliar los espacios de participación concreta, real, en el ámbito de influencia del Espacio. Todo ello no implicó en ningún momento la necesidad de desprenderse del perfil que hemos logrado construir a lo largo de los pocos años de nuestra existencia como organización. Es más, el propio Espacio se constituye hoy en un escenario apto para que nuestra particular lectura sobre la coyuntura, adquiera una resonancia de la que antes carecía. A partir de ello, hemos crecido en cantidad y, sobre todo, en calidad. Somos más y mejores que en el pasado. Pero lo más importante, es que hemos logrado establecer sólidos vínculos con compañeros y organizaciones con las que antes apenas si teníamos contacto y con las que el prejuicio constituía la marca indeleble de toda relación posible. Es claro que no todo es lo mismo, es obvio que mantenemos diferencias importantes con algunos de los sectores que hoy conforman el Espacio por la Democracia en Merlo. No reconocerlo supondría un error tal que conllevaría a la confusión, a la toma apresurada de decisiones y a la eventual disolución de lo construido. Tenemos diferencias que no dudamos en hacer explícitas, sin que ello implique hoy temores de fractura. Desde nuestro humilde lugar, no podemos no relacionar la violencia y la intolerancia local con la complicidad cada día más evidente del gobierno nacional cuyo discurso supone que los mafiosos que gobiernan el conurbano constituyen “anomalías” de un modelo que se percibe a sí mismo como progresista y popular. No lo son. Los gobernadores corruptos, los intendentes criminales, la derecha real (esa de la que forman parte De Mendiguren, los banqueros, los sojeros y las mineras que hoy asolan Famatina) son agentes co-constitutivos del “modelo”. El uno no se entiende sin los otros. Sin embargo, aún en la diferencia, reconocemos a priori la honestidad intelectual de todos quienes forman parte de esta cruzada local por la creación y consolidación de procesos de democratización real en el distrito. Sobre esa lógica, podemos transitar juntos una coyuntura ardua y compleja, que nos convoca a unir los esfuerzos de quienes estamos convencidos de la necesidad de abrir nuevas puertas hacia condiciones de mayor libertad, aún en los limitados términos que habilita el momento histórico.

El Espacio por la Democracia en Merlo ha crecido en la medida en que ha sabido responder a una necesidad que trasciende la frontera de los intereses sectoriales y de partido. Un conjunto creciente de organizaciones y de ciudadanos independientes hoy forman parte de esta iniciativa. En este 2012 que se presenta complejo y no exento de dificultades para la clase trabajadora seguimos apostando a ella. En la medida en que sepamos construir más y más redes sociales que colaboren en la defensa de nuestra libertad de proteger con la firmeza y la fuerza que sean necesarias los intereses de los más humildes, de los oprimidos, que en definitiva no son otra cosa que nuestros intereses, también estaremos aportando al camino de la justicia y de una sociedad más libre y solidaria; socialista.

COLECTIVO

P.U.MA.
PROPUESTA DE UNIFICACIÓN MARXISTA

p.u.ma.merlo@hotmail.com



martes, 7 de febrero de 2012

Merlo censura los festivales populares

Tomamos el siguiente texto de la página de Murgas Independientes Zona Oeste. Si alguien conoce más detalles de lo sucedido por favor dejen comentarios, ya que nos gustaría poder ampliar la nota. El texto original fue publicado el 05 de Febrero de este año 2012. A continuación, la nota completa:


Enlace: http://www.facebook.com/notes/murgas-independientes-zona-oeste/merlo-censura-los-festivales-populares/337240239649129

Merlo censura los festivales populares


MERLO (Bs. As).
La municipalidad Se encarga de ir a Suspender cualquier festival Popular de la localidad!

DESALOJO POR PARTE DE LA POLICIA:

Murga La quinta Estrella
Vie. 3/Feb

En aquel momento donde nos pedian que desalojemos la calle, amenazandonos con la represion, con los gases. "Desalojen todo porque empiezo a deprimir con Gases" Palabras textuales de aquellos que nos cuidan.Si, gente mas de una Lagrima a Caido en ese instante, pero lo que no va a caer es la fuerza de todo un barrio, Las ganas de que nos escuchen, y lo seguiran haciendo, nuestro bombo seguiran sonando y con mas fuerzas y mas altas seran nuestras patadas!.

CENSURADO POR LA MUNICIPALIDAD DE MERLO:

Murga la Quinta Estrella
Sab. 4/Feb

Cuando preparabamos el lugar, llega la municipalidad de merlo, un inspector y dos patrulleros de moron, diciendo que no lo podemos hacer que si o si necesitamos el permiso, que esta totalmente prohibido porque los eventos publicos los puede hacer unicamente el municipio.

Mismo Dia.
Salpicando Sueños, tambien llego la municipalidad a Censurarle el festival.

Ponchos de Margaret tuvieron que suspender el festival.

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Firuletes de Pompeya, tambien llego la municipalidad a Suspender el festival de los dias 28 y 29 de febrero, y ahora no lo dejan ensayar en la plaza que siempre estuvo y tambien le secuestraron su escenario...

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La Municipalidad Censura Cualquier Festival Popular.